Acababa la semana pasada contándoos acerca de un paseo en Chelsea. Hoy, enterrado bajo la nieve, termino este post de galerías y calles.
En la APERTURE FOUNDATION vi dos exposiciones bastante interesantes. Una era la “Spanish National Photography Prize”, comisariada por Carmen de la Guerra y Javier Diez. Más de 60 fotografías realizadas por quince artistas españoles que muestran la evolución de este medio en nuestro país. Chema Madoz, Joan Fontcuberta, García Alix, Joan Colom, etc.
Compartiendo espacio con esta interesante exposición, estaba la muestra del fotógrafo ruso Alexander Gronsky, ganador de un concurso que organiza la propia fundación y que premia al mejor portafolio del 2009. Sus fotografías relatan la vida en Rusia, en unos paisajes nevados en los que la gente resalta por encima de elementos industriales.
En la GALERIE LELONG había una exposición colectiva llamada “Five From LA” que mostraba los trabajos de cinco artistas “emergentes” de la escena californiana; Whitney Bedford, Kisten Everberg, Alexandra Grant, Iva Gueorguieva y Annie Lapin. Ninguna sorpresa aquí; colores chillones, a medio camino entre la abstracción, el pop, la figuración, etc.
La PACE GALLERY mostraba en una de sus salas la exposición “52 Variables” de KEITH TYSON. Una divertida muestra en la que el artista elabora diseños para la parte trasera de una baraja de naipes. Preciosa exposición que se queda más en una curiosidad que en algo memorable.
En otro de los espacios de la PACE, estaba la exposición "
POSES" de Lucas Samaras; una colección de retratos de las personas más influyentes en el panorama del arte contemporáneo americano (y más concretamente, newyorkino). Curiosa para ponerle cara a muchos de los nombres que salen una y otra vez en los medios... curiosa.
En la WINKLEMAN GALLERY había una exposición bastante interesante (por la historia que encerraba detrás de si) y otra bastante tonta.
“Regional Painting” es la segunda exposición individual del newyorkino CHRISTOPHER K. Ho. Se compone de varias pinturas, una performance y un libro que narra experiencias personales del artista, así como una especie de fijación con la obra de Rothko.
La historia detrás de esta exposición es que el artista dejo su trabajo de ejecutivo en NY para irse a vivir a una caseta en mitad del estado de Colorado. En ella, paso un año entero dedicado exclusivamente a la pintura (su gran pasión), e inventó un personaje ficticio llamado Hirsch E. P. Rothko. Totalmente alejado del mundo del arte contemporáneo, criticas y circuitos de galerías, dedica su tiempo a pintar sin hacer caso de las experiencias aprendidas. Como si creara por primera vez. Una especie de escapada interior del artista en busca del arte puro.
La exposición tonta era uno de esos proyectos de comisariado, en un rinconcito de la sala. Una especie de imitación de Damien Hirst del todo a cien, mezclado con cuatro o cinco obras muy flojas.
Por supuesto, entre galería y galería, la calle; que siempre tiene cosas interesantes que contarnos; como este increíble combo de pegatinas en una librería de la 10 avenida:
Obras de autores que desconozco:
La sorpresa fue encontrar este parking privado abierto. Sus muros estaban decorados con todo tipo de carteles, graffiti, stencil, etc:
Skullphone, Dickchiken, 17, etc.