Aunque estamos en enero, los LUZINTERRUPTUS
posteaban hace poco sobre esta intervención otoñal realizada en Madrid. Sutil,
evocadora, minimalista y sobre todo muy poética, habla de la ausencia de árboles
y de espacios verdes en la gran ciudad.
Esta es una de mis intervenciones favoritas de entre
lo que han ido produciendo últimamente, y eso que el nivel del trabajo de este
colectivo es increíble:
“Como todos los años, hemos querido
rendir nuestro personal homenaje al otoño que se fue, porque nos encanta esta
estación, que llena las calles de hojas secas cubriendo el frío asfalto con
maravillosos tonos anaranjados.
Pero hay calles de Madrid a las que
desgraciadamente el otoño no llega, en las que no hay árboles o los pocos que
crecen, son desvalidos y de hoja perenne, lo que hace que pasear por ellas sea
como entran en un espacio sin referencias climáticas ni estacionales.
En estas calles duras y grises, hemos
querido llevar a cabo nuestra instalación FAROLAS DE HOJA CADUCA.
Para ello nos fuimos al Parque del
Oeste, donde hicimos acopio de 5 sacos llenos de preciosas hojas secas, que
transportamos al centro de la ciudad, concretamente a la Calle Flor Alta, recién
rehabilitada y en la que no ha quedado rastro de árboles y a otras calles aledañas,
donde la naturaleza está representada por unos diminutos árboles sin identidad,
Allí depositamos las hojas, bajo las
farolas de la calle, como si se tratara de resistentes troncos, añargados y
erguidos, bajo los cuales nunca hay sombra, ni se puede disfrutar del frescor
verde de la vegetación en los días de más calor.
Fue una alegría comprobar que, a pesar
de las altas horas y el frío otoñal, algunas de las personas que se habían
parado a observar el espectáculo de las hojas bajo las farolas, decidieron
quedarse un rato, disfrutando de la curiosa escena.
Las fotos son, cómo siempre, de Gustavo Sanabria.”
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