Hartford
(Connecticut) es el hogar de este nuevo mural de ADAM NIKLEWICZ, realizado
dentro del programa de arte público CITY CANVAS. La
principal particularidad de esta pieza es que necesita del agua para ser
visible.
El espacio que rodea al árbol ha sido tratado con un material que
repele el agua, de manera que cada vez que se moja la pared, la silueta del
árbol aparece gracias al cambio de color de los ladrillos mojados.
La imagen
del árbol está sacada del lienzo The Charter Oak pintado por Charles De Wolf
Brownell en 1857 y sus dimensiones totales son de 9 x 13 metros.
Para
que el mural funcione necesita la adecuada cantidad de lluvia cayendo en el
ángulo adecuado. De momento tiene cinco aspersores (dos arriba y tres abajo)
que se ponen en funcionamiento durante 20 minutos al día, para hacer la obra
visible. Una vez que se humedece el árbol, permanece visible durante unas horas
(dependiendo de la humedad en el ambiente, temperatura, etc.).
La idea
en sí es bastante buena y creo que tiene mucho potencial. Eso sí, he visto como
este trabajo se está intentando vender como un llamamiento ecológico, lo cual
me parece un error bastante grande. Tirar agua a un muro durante 20 minutos
todos los días es de todo menos ecológico. Eso sí, en favor de Adam Niklewicz
me parece justo apuntar que la instalación de este mural es totalmente
reversible; es decir, en cualquier momento se le puede quitar el tratamiento
anti-agua y devolver al muro su estado original.
Las fotografias pertenecen a ERIKA VAN NATTA
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