Hace años que Damián Hirst se mueve entre lo ridículo y lo patético. Lejos quedan ya aquellos años en los que su obra ofrecía algo interesante cuando compartía cartel con los Young British Artists. Personalmente, cada vez que me entero de algo nuevo sobre este personaje, mas se me cae el mito de aquel artista que nos dejaba boquiabiertos con cada obra o exposición que presentaba.
Lo último sucede tras la inauguración de la enorme retrospectiva que el PINCHUK Art Center de Kiev ha organizado sobre su obra. Bajo el titulo de “Réquiem”, mas de cien obras que datan desde 1990 hasta 2008, comparten espacio con una nueva serie de calaveras pintadas sorprendentemente, por la mano del propio Hirst.
Lo absurdo de este tema es que debido a esta súper exposición, se ha desvelado el nombre del cuarto comprador de la famosa obra “For the Love of God”; aquella calavera llena de diamantes en la que Hirst invirtió 23 millones de dólares para su construcción.
Al poco de ser expuesta en la WHITE CUBE GALLERY, de Londres, la dichosa calavera fue comprada por 100 millones de dólares por un misterioso grupo de cuatro inversores. Poco a poco los nombres de estos inversores en la sombra fueron apareciendo e incluyen al propio Damián Hirst, su “jefe de negocios” Frank Dunphy y al dueño de la White Cube Gallery, Jay Jopling. Decir que la compra se hizo (supuestamente) en metálico, por lo que se especula que el precio pagado fue bastante más bajo que esos 100 millones de dólares de los que se habla.
Con la exposición de Kiev, como os digo, el cuarto y ultimo comprador ha salido a la luz; ¿y quién es? Pues el propio Víctor Pinchuk, dueño del museo de Kiev que organiza la retrospectiva.
La idea de estos cuatro inversores era (o es) la de revender la calavera, pero sus planes se vieron truncados por la crisis económica que asola el planeta. Por lo que todo apunta a que esta retrospectiva es un intento de mantener el interés en la obra del artista británico, hasta que las cosas pinten mejor para la gran venta.
1 comment:
Vaya vaya con la tropa, no tenía idea de quien la había adquirido...
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