DELPHINE DELAS es una artista llena de vitalidad que usa todos y cada uno de los segundos de su vida en aprender, crear y en definitiva, vivir. Su obra es una apología a lo misterioso en la que abundan los personajes propios, que se mueven por mundos indefinidos y llenos de vacío.
Para comprender mejor esta atractiva iconografía que conforma su obra, nada mejor que preguntarle de primera mano acerca de su producción y de qué es lo que se cuece en una mente tan convulsa y enérgica como la suya.
Delphine, para empezar, cuéntanos un poco sobre tus principios (en Francia); ¿qué es lo que te impulsó a pintar y cuando decidiste que era esto a lo que te querías dedicar?
Yo nací en Bordeaux, que es una ciudad en el sur oeste de Francia. Ciudad donde se produce vino, comida buena y castillos bonitos. Hay bandas de música muy buenas que vienen de ahí también. Pero a nivel de arte es muy conservadora y tradicional. cuando estudiaba mi bachillerato de historia del arte y bellas artes, tenia claro que me quería ir de mi ciudad. Así que pasé el concurso de la escuela del Louvre en París (que es de historia del arte únicamente) y fui admitida, así que no me lo pensé dos veces, me fui ahí directamente. Tenia a penas 18 años y París me parecía tremendo. Visité todos los museos y galerías en casi 1 año. Me acuerdo que todos los sábados me obligaba a ir a visitar las galerías y ver lo que se hacía. Intentaba leer Art Press.
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